Testimonios sobre viejos cines de San Miguel de Allende
Inaugurado en abril de 1873, el Teatro Ángela Peralta es el centro de espectáculos más antiguo de San Miguel. Después de varias décadas en que se representaron en él óperas, piezas teatrales, conciertos y números de baile, se lo usó también para ofrecer funciones de cine. Es probable que, como ocurrió con otros teatros importantes de la época como el Peón Contreras de Mérida, este uso llegara a desplazar por completo a los originales. En cualquier caso, según Pepe Garay, quien vivía con su familia en las casas de la fábrica La Aurora a las afueras del pueblo, era durante su infancia el único lugar donde podían verse películas:
San Miguel era lejos (…) Los domingos íbamos a misa de once a San Francisco y por la tarde al cine, al único, el Ángela Peralta, si nos habíamos portado bien. En la noche, cuando volvíamos del cine después de ver películas de espantos, por la calle de Hidalgo, iluminada sólo con dos focos zarandeándose en un cable a mitad del arroyo a distancia considerable uno del otro y después de seguir nuestro camino bajo los árboles de la Calzada de la Aurora, los fantasmas y monstruos nos salían al paso de entre las sombras que se agitaban al compás de nuestros pasos cada vez más rápidos (…) Llegábamos a casa sudando de miedo, con el corazón acelerado, en espera del siguiente domingo de terror y la excitante aventura del regreso.

Según consta en la Enciclopedia cinematográfica mexicana 1897-1955, publicada en 1957 bajo la coordinación de Ricardo Rangel y Rafael E. Portas, el Cine Ángela Peralta tenía cupo para 1350 espectadores y la empresa a cargo era entonces la Sociedad de Amigos de San Miguel de Allende.
El testimonio de Pepe Garay se recoge en el muy bonito libro Estelas de un tiempo. Cien años en San Miguel de Allende, editado en 2018 por la Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en el lugar. La obra, que recopila recuerdos de una treintena de personas acompañados de imágenes antiguas proporcionadas por familias sanmiguelenses, ofrece otras informaciones relativas al cine, como las fotografías de una tertulia en la casa del tenor y actor José Mojica –a quien se debe, por cierto, el primer patrocinio de un orfanato que aún existe–, de Cantinflas toreando en una corrida chusca en un coso local y del tenor estadunidense Mario Lanza paseando en 1954 durante la filmación de Serenata, protagonizada por él. Sin embargo, no da cuenta de la existencia de otros cines.
En la mencionada Enciclopedia de Rangel y Portas se informa que a mediados de los cincuenta el empresario Javier Benavente tenía en San Miguel el Cine Allende. Es probable que fuera este salón al que se refirió el pintor y escultor Brian Nissen en su libro Caleidoscopio. Facetas & Flashbacks, publicado por Lumen en 2017. El autor recordó ahí que pocos meses después de su llegada a México a fines de 1963, decidió radicarse temporalmente en ese pueblo que ya era un polo de atracción para artistas y donde hizo amistad con los pintores Joy Laville y Rogen von Gunten:
Para dar idea de lo diminuto que era, hay que pensar que sólo había un pequeño cine en el centro, donde de vez en cuando, mientras veíamos una película, la pantalla se oscurecía debido a los frecuentes apagones. El público esperaba cinco o diez minutos, y si la luz no volvía, regresaba a casa. En cuanto se restablecía la luz, todos se dirigían de nuevo al cine para ver lo que faltaba de la película.
Nissen recordó que además de cintas mexicanas de los géneros melodramático y de la revolución, vio en ese lugar viejas producciones hollywoodenses como The Crimson Pirate, con Burt Lancaster; también que a la entrada vendían elotes calientes con crema y queso, y que un letrero aconsejaba no tirar los restos al público.
Más adelante surgió el Cine Los Aldama, en la calle San Francisco y a sólo unos pasos de la Plaza Principal. En este caso se dio algo parecido a la común práctica de demoler los edificios de los salones de espectáculos antiguos para hacer estacionamientos o plazas comerciales, pues para edificar el cine el empresario echó abajo, desde la fachada, la antigua casa familiar del héroe de la Independencia Juan Aldama. Como sea, en el amplio recinto se dieron funciones durante varias décadas, proyectándose en su pantalla desde películas de luchadores y rancheras, hasta Dune de David Lynch. En el segundo y el tercer lustro del siglo XXI fue una de las sedes del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Su edificio de dos plantas permanece en pie, pero se encuentra desde hace mucho cerrado. Como también lo está, por remodelación, el Teatro Ángela Peralta, que el próximo abril cumplirá ciento cincuenta años.

Enlaces
https://www.de-paseo.com/san-miguel-de-allende/item/teatro-angela-peralta/
https://es.wikipedia.org/wiki/Festival_Internacional_de_Cine_de_Guanajuato